Un mundo sin las burbujas de Chenin de Jerome ?

Pasar tiempo con nuestros productores nos permite no solo conocer mejor sus vinos, sino entender también cada añada: largas conversaciones, ver de cerca el contexto,  las problemáticas que atraviesan y las decisiones que deben tomar.

En nuestra última visita a Jerome Lambert, me nos platicó sobre el minucioso trabajo que implica hacer Pet-Nat, el tiempo y la merma que esto conlleva en años difíciles.

Lambert se interroga sobre seguir haciendo Pet-Nat cada año… Nosotros, no podemos imaginar un mundo sin las burbujas de chenin de Jerome!

Aquí el por qué. Los Pet-Nat es el método de elaboración mas ancestral y rural de hacer un espumoso, pero esto lleva ciencia y requiere mucha experiencia y habilidades técnicas, justo por que no estás controlando todos los parámetros, como en un método tradicional.

Hacer un espumoso natural implica mucha manipulación de las botellas: el embotellado debe ser en un timming perfecto, el degüelle es hecho manual, uno por uno, y hay años donde una capa de sedimento mineral (sarro) puede acumularse y pegarse a la botella, eso implica golpear, sacudir, cada botella para removerlo o aflojarlo, para facilitar que que salga durante el degüelle y mucha más cantidad de vino se pierde en cada degüelle. Las botellas se deben rellenar antes de cerrarlas.

Una vez un pet-nato cerrado, no hay ninguna otra manipulación humana, no hubo dossage, el trabajo debe continuar solo, el azúcar y la presión adecuadas.

Hacer un Pet-Nat en resumen, es complicado y técnico, es amor al riesgo y confianza en sus uvas. Muchos parámetros están en juego, pero para los campeones que dominan este juego, la apuesta vale la pena. Vinos frescos, claros, vibrantes que se pueden tomar en cualquier momento. Yum.

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El ecosistema es el protagonista.